Las maquetas del Museo Histórico Minero
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La colección de maquetas del Museo Histórico Minero
Benjamín Calvo
Además de los minerales y los fósiles, que son más conocidos; además de la mina-museo Marcelo Jorissen (actualmente cerrada por restauración); además de los valiosos libros históricos de su biblioteca, el Museo tiene una impresionante colección de maquetas geológicas, mineras, metalúrgicas e industriales, poco conocidas al encontrarse diseminadas por los edificios de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía, e incluso muchas de ellas en los laboratorios de Getafe.
Desafortunadamente, no existe en la Escuela un espacio suficiente para que todas las maquetas puedan mostrarse juntas. El conjunto de maquetas suma unas 137, y sus tamaños son muy variables: desde ejemplos en miniatura, de pocos centímetros, hasta simulaciones de grandes instalaciones, que tienen 3×2,5 m y una altura notable. Por ejemplo, puede citarse la réplica a escala de la plataforma Casablanca que puede admirarse en el patio central del edificio histórico y que sirvió, en su día, para construir la que Repsol tiene instalada en la costa mediterránea.
Las maquetas de la colección de la Escuela de Minas proceden, en su mayor parte, de numerosas donaciones o compras que se han ido produciendo a lo largo de la larga historia de la Escuela. Las más antiguas proceden, seguramente, de compras que se hicieron a mediados del siglo XIX a la Escuela de Minas de Freiberg, en Sajonia (Alemania), o a talleres que se encontraban en Darmstadt y en Schemnitz (antiguo reino de Hungría, hoy Banska Stiavnica, en Eslovaquia). Así lo atestiguan diversos carteles en alemán que aún se conservan, y también el hecho de que ejemplares idénticos o muy parecidos a estas maquetas, y de la misma procedencia, se encuentran en museos históricos mineros muy acreditados en Europa, como el de la Universidad de Minas de San Petersburgo (Rusia); el del Instituto Superior de Engenharia de Porto (Portugal); o también en el Museo de la Mina do Lousal (Alentejo, Portugal), entre otros.
A lo largo del siglo XIX, muchas instalaciones mineras y metalúrgicas hicieron donación de maquetas de sus hornos, maquinarias y mecanismos a la Escuela. Hay que tener en cuenta que hasta 1970, es decir, hasta fecha relativamente reciente, la Escuela de Minas, como todas las Escuelas Especiales, dependía del Ministerio correspondiente, en este caso el Ministerio de Industria (Dirección General de Minas). Por este motivo existía una vinculación muy estrecha entre las empresas e instalaciones mineras y la Escuela, y las primeras enviaban, por decisión propia o por requerimiento administrativo, ejemplos de minerales, lámparas de mina, maquetas y utensilios a la segunda.
Existen evidencias de que durante la segunda mitad del siglo XX se construyeron muchas maquetas para fines esencialmente didácticos, como los numerosos modelos de explotaciones mineras de carbón en interior. También se obtuvieron tres maquetas muy grandes del antiguo Museo del INI, que tenía su sede en la plaza del Marqués de Salamanca, en Madrid. Son de reseñar por su tamaño y perfección el gran modelo en el que se agrupan varias formas de explotación de capas de carbón, que fue construida por HUNOSA, o la excelente réplica de la Central Térmica de Teruel, obra de la Empresa Nacional de Electricidad.
Se ha hecho una investigación muy detallada de la posible procedencia de todas las maquetas, pero no en todos los casos se ha podido llegar a conocer su origen. En conjunto, se dispone de una base de datos (todavía no publicada) en la que cada maqueta tiene una ficha exhaustiva. Se indica en ella el nombre del mecanismo o instalación, su procedencia, la utilidad del proceso que representa, su tamaño, sus características, el material de que está construida y las referencias bibliográficas consultadas. Un trabajo extenso, minucioso y nada fácil, que fue realizado por los becarios Daniel Fernández Segovia y Susana de Elio de Bengy en los años 2008 y 2009, bajo la dirección del profesor D. Adolfo Núñez Fernández, desafortunadamente fallecido el año pasado.
La utilidad de las maquetas ha sido, fundamentalmente, didáctica. Sin embargo, desde los años 60 del pasado siglo han tenido sobre todo un valor ornamental. En dicha época, casi todas ellas estaban agrupadas en el patio de columnas del edificio histórico, como exhibición para visitantes. Desde entonces, y debido al crecimiento del número de alumnos de la Escuela y a las necesidades crecientes de espacio, han sido arrumbadas durante muchos años, maltratadas, amontonadas en sótanos y, en los últimos treinta años, poco a poco, recuperadas y restauradas, colocándolas en diversos puntos de la Escuela, previa su limpieza, protección e identificación. Convencionalmente se han clasificado las maquetas de la Escuela de Minas por las ramas de actividad en las que principalmente se encuadran los procesos que representan. La mayor parte de las maquetas se refieren a instrumentos o instalaciones empleados en la prospección, explotación, transformación y refino de las materias primas minerales, es decir, a Geología, Minería, Mineralurgia y Metalurgia. También hay maquetas de motores de muchos tipos, turbinas, álabes, mecanismos e instalaciones industriales.
No se conservan, o no han existido nunca, maquetas de procesos energéticos, generadores y motores eléctricos, sistemas de generación y transporte, etc. Ello es sorprendente, porque la energía eléctrica ha tenido un desarrollo muy importante en la Escuela desde principios del siglo XX. Sin embargo, existe una muy interesante colección de equipos e instrumentos antiguos (no a escala, sino reales) que fueron utilizados en la docencia a lo largo del siglo XX. Igualmente hay una colección muy notable de aparatos topográficos (teodolitos, taquímetros, miras, brújulas, niveles…), de instrumental químico antiguo (crisoles, pipetas, buretas, mecheros…) y de instrumentos ópticos (microscopios, goniómetros, lupas…). No se ha hecho todavía, y sería una importante aportación al conocimiento del patrimonio cultural de la Escuela de Minas, un inventario completo del instrumental científico y técnico que poseen los distintos laboratorios y departamentos.
En concreto, la clasificación de las maquetas existentes es la siguiente:
• Geología, mapas geológicos en relieve, cortes de fallas y pliegues: 20 modelos
• Explotación de minas y petróleo: 29 modelos
• Mineralurgia. Procesos de concentración mineral: 11 modelos
• Metalurgia extractiva y química para obtención de metales: 56 modelos
• Motores, turbinas y accionamientos: 21 modelos
Los materiales empleados en la fabricación de las maquetas son muy variados: en las más antiguas, la madera es dominante. Posteriormente, se usó latón, bronce, acero, hierro fundido y de forja, papel, cartón, plásticos, yeso y otros materiales. En cuanto a los tamaños, como ya se ha indicado, se dispone de ejemplares muy pequeños. Las escalas son muy variables. Por ejemplo, hornos y convertidores para fabricación de acero y de cobre, de tan sólo 20 o 30 cm de largo. Las maquetas mayores, con dimensiones de 4,5×3 m y hasta 4 m de altura, corresponden a los pozos de extracción petrolífera que se pueden ver en el patio de columnas del edificio histórico, a las explotaciones mineras de HUNOSA, a las que ya se ha hecho mención (440x167x124 cm) y la central térmica de Teruel (200x273x223 cm).
Nos proponemos publicar, en sucesivas entregas, datos y fotos sobre algunas de las maquetas más importantes o representativas. Tal vez, en un futuro próximo, podamos hacer una publicación completa y exhaustiva de esta riqueza poco conocida de nuestro patrimonio cultural. Ese fue el deseo, que no pudo ver cumplido, del querido profesor Adolfo Núñez Fernández.
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