Construyendo la tabla periódica
Construyendo la tabla periódica, de Miguel Calvo Rebollar. Prames, 2019
Siempre será un motivo de satisfacción para nuestra Asociación presentar un libro escrito por uno de nuestros Amigos. Pero cuando el socio se llama Miguel Calvo, uno de los mayores eruditos en Química y en especial, en Mineralogía de nuestro país, además se suma la garantía de rigor, completitud y amenidad en la obra.
Y este es el caso que nos ocupa con “Construyendo la Tabla Periódica”. En el 2019 se han cumplido los 150 años desde que el químico ruso Dimitri Mendeleyev publicase su conocida tabla, ordenando los elementos químicos hasta entonces conocidos por su número atómico y observando una cierta periodicidad en sus características. Esta visionaria publicación ha sido la base de la sistematización, investigación y descubrimientos más importantes en esta ciencia y, continúa siendo fundamental en la actualidad. Todos, en mayor o menor medida, hemos pasado por el trago (casi siempre ha sido así) de tenerla que memorizar y sufrir en nuestras clases de Química, la mayoría de las veces sin entender prácticamente nada y olvidándola nada más pasar los exámenes.
Sin embargo, Miguel nos propone un enfoque completamente distinto, más intuitivo y atractivo: recorrer los elementos desde una perspectiva histórica y evolutiva de la ciencia. El resultado es fascinante, al menos para mí, pues empieza como lo hubiera hecho la humanidad intuitivamente. Desde que los primeros metales como el oro, el cobre y la plata ( que se presentan en la naturaleza de forma elemental ) llaman la atención del hombre Neolítico y comienzan a ser usados en aplicaciones útiles y a ser buscados afanosamente al constituir una ventaja competitiva para su poseedor, hasta el descubrimiento de los últimos elementos de vida efímera en sofisticados y complejos laboratorios de investigación en la actualidad.
Todo este recorrido se alinea con el progreso de la ciencia y la tecnología, pues vamos conociendo cómo la humanidad va descubriendo nuevos elementos cuando domina el fuego y puede llegar a fundir menas y obtener nuevos metales, comienza a entender, de manera un tanto rudimentaria al principio, los mecanismos de las reacciones químicas, la utilización del agua y las disoluciones en la etapa de la Alquimia, y continúa obteniendo nuevos elementos.
En el siglo XVIII, en pleno período Ilustrado, podemos situar el nacimiento de la Química como ciencia. Nombres como Lavoisier, Boyle, Berthollet, Proust, Davy…aparecen en escena y dan un impulso definitivo a esta ciencia aplicando los nuevos adelantos tecnológicos e iniciándose una avalancha de nuevos descubrimientos que se verán potenciados durante el siglo siguiente. La aplicación de la corriente eléctrica, supuso también un gran salto en dichos descubrimientos y ya, en 1869, es cuando Mendeleyev publica su visionaria tabla, que permitió entender las propiedades e incluso predecir la existencia de nuevos elementos.
Ya en el siglo XX no para la cosa. Se descubre la radiactividad y se aplica a la búsqueda de nuevos y más pesados elementos, las tierras raras, lantánidos y los gases nobles que hasta entonces se habían mostrado escurridizos a los investigadores. Hasta nuestros días, en que los aceleradores de partículas han sido capaces de sintetizar el elemento 118, organesón, en 2002. Cada vez es más difícil obtener nuevos elementos pues nos estamos acercando a los límites teóricos de la Física en cuanto al número de protones que puede tolerar un átomo, que se estima en 172 y, además estos nuevos elementos ultrapesados son de vida muy efímera y requieren enormes cantidades de energía (y de dinero) para su síntesis.
Después de leer esta reseña podría pensarse que estamos ante el típico “ladrillo” de manual científico que dormiría a cualquiera tras las primeras líneas. Nada de eso porque Miguel junta a su erudición química, conocimientos mineralógicos, metalúrgicos, históricos, bibliográficos, numismáticos y artísticos, en un lenguaje muy sencillo y ameno (no en vano también es profesor) nos inunda todo el relato con ejemplos, anécdotas, usos prácticos, datos estadísticos e innumerables ilustraciones, que hacen que las páginas vayan a una velocidad asombrosa para el tema. El libro está excelentemente documentado y profusamente ilustrado y, en particular, disfrutarán los aficionados a la Mineralogía por las excelentes fotos de Joaquim Callén.
La ingente labor investigadora y bibliográfica que ha realizado el autor es prodigiosa, e incluso se revelan algunas primicias documentales como la piedra fosfórica de Bolonia (baritina) en el descubrimiento del bario, noticias y documentos sobre el espato de Islandia (calcita) en el descubrimiento del calcio, etc. También de destacar que muchos de los objetos y documentos fotografiados proceden de la colección personal del autor, que es también un destacado coleccionista.
No queremos dejar pasar el recuerdo que Miguel hace de cuatro científicos españoles que tienen un sitio relevante en la construcción de la tabla de los elementos. Se trata de Antonio de Ulloa (1716-1795), marino y científico que descubrió el platino ( él lo llamó platina ) en la región del Chocó (actual Colombia); Fausto de Elhúyar (1755-1833), que junto a su hermano Juan José descubren el wolframio en una ferberita de Bohemia y Andrés Manuel del Río (1764-1849), que descubrió el vanadio (que él llamó eritronio) en una vanadinita de Zimapán (México).
En resumen, un magnífico libro para el que quiera acercarse de manera diferente, y mejor a mi parecer, a entender la tabla periódica de los elementos. Ofrece una visión 360 grados de este tema de manera sintética pero no falta de rigor, amenidad e interés. Muy bien documentada y mejor ilustrada, solo son necesarios conocimientos elementales de química para su total comprensión y disfrute. Imprescindible en la biblioteca de cualquier aficionado a la ciencia y a su historia es, como dicen los ingleses an excellent value for money.
Si quieres adquirir este libro, puedes hacerlo dirigiéndote a Prames.
Miguel Calvo Rebollar nació en Soria en 1955. Es Doctor en Ciencias Químicas y Catedrático de la Universidad de Zaragoza. Además de su actividad docente e investigadora es un gran especialista en Mineralogía topográfica ibérica, de las que ha publicado, entre otras, “Minerales de Aragón” y la monumental obra de 9 tomos “Los minerales de España”. Bibliófilo, divulgador científico e historiador de la ciencia, atesora una gran colección de documentos, minerales, monedas, medallas y objetos científicos. Miguel es Amigo del Museo Histórico Minero Don Felipe de Borbón y Grecia, con el que viene colaborando habitualmente.