Minerales del distrito minero de Almadén
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MINERALES DEL DISTRITO MINERO DE ALMADÉN EN LAS COLECCIONES DEL MUSEO. Capítulo 3
Por Borja Sainz de Baranda Graf
Finalizamos la serie con las biografías de los ingenieros más destacados en la obtención de estas piezas originarias de Almadén para el Museo.
Felipe Naranjo y Garza (1810- 1877)
Nacido en Almadén, a los 14 años ya fue nombrado auxiliar de la oficina de sentaduría de la mina del Pozo. Se traslada a Madrid en 1829 para comenzar los estudios preparatorios para la carrera de Ingeniero de Minas. Ese mismo año es nombrado alumno supernumerario de la Academia de Almadén, y alumno pensionado en 1830.
Declarado aspirante a Ingeniero por Real Orden de 1831, pasa a los dos años como Ingeniero a las minas de Almadén y Almadenejos. En 1844 asciende a Ingeniero Segundo pasando a la Secretaría de la Dirección General de Minas hasta 1849, y luego pasando a profesor de Mineralogía en la Escuela de Minas, compaginándolo con la Inspección del Distrito de Madrid.
En 1853 asciende a Ingeniero Primero, pasando a Subdirector de la Escuela de Minas de Madrid y finalmente a Director de la misma en 1857. Fue uno de los fundadores de la Revista Minera, y autor de múltiples artículos, memorias y folletos sobre las minas de Almadén y otras, aparte de escribir sus “Elementos de Mineralogía”.
Durante sus estancias en Almadén se preocupó de recopilar los ejemplares de mayor valor científico que pudiera, fruto de cuya labor podemos admirar hoy en las vitrinas del Museo. A destacar muy meritoriamente son los excelentes ejemplares de calomelano que donó al Museo, y que pueden considerarse entre los mejores del mundo para la especie.
José de Monasterio y Correa (1819-1874)
Ingresa en la Escuela de Minas en el curso de 1837, tras su paso por las Escuelas Pias de Madrid. En el año 1840 pasa a Almadén para realizar las prácticas reglamentarias, y queda destinado como aspirante de primera clase del Cuerpo Facultativo de Minas. En 1844 termina sus prácticas y docencia en Almadén, pasando a Cuevas de Vera (Almería) para dedicarse interinamente a la inspección del Distrito Minero de Lorca.
En 1849 es nombrado inspector del Distrito de Murcia, y en 1853, como inspector del Distrito de Almería, provincias éstas donde desarrollaría gran parte de su vida profesional.
A partir de 1855 presta sus servicios en Bélgica, Sajonia y Utrillas, y tras varias vicisitudes, es designado en 1869 Jefe Superior del Establecimiento de Almadén, donde hizo importantes mejoras en la modernización de los pozos, incrementando notablemente las producciones de la mina. Gran entusiasta de la enseñanza, enseñó matemáticas y dibujo en la escuela práctica de Almadén entre los cursos 1841-42 y 1842-44, y muy apreciado por sus alumnos y director, Policarpo Cía.
Rafael Cabanillas y Malo(1778-1853)
Nacido en Almadén y gran aficionado a la minería, cursa los Reales Estudios de San Isidro en Madrid, para adquirir los conocimientos básicos para incorporarse a la Real Academia de Minas de Almadén, donde ingresa en el año 1798. Posteriormente es instruido en geometría subterránea y minería por Diego de Lagarraña y Gárate, con quien permanece al cargo de las minas de Almadén durante la Guerra de la Independencia, no sin pasar grandes dificultades para mantener la producción de mercurio.
Tras un breve paso por las minas de Linares (1815) es requerido para su vuelta a Almadén, donde desempeña las labores de Subdirector y Teniente de Superintendente del departamento de Almadenejos. Tras la designación de Fausto de Elhuyar como Director General de Minas (1825), éste nombra a Cabanillas para la Secretaría de la Dirección General de Minas (1826), pasando posteriormente a Inspector General Segundo (1832), luego a Inspector General Primero (1883) y finalmente a Director General de Minas (1835). No obstante, durante todos estos años en Madrid mantuvo un estrecho contacto con las minas de Almadén, a las que tanto cariño profesó.
Sergio Yegros (1820-1872)
Nacido en Abenojar (Ciudad Real), estudió en la Escuela de Minas de Madrid, y en 1845 fue encargado de la Inspección de Valencia, pasando a Almadén al año siguiente como subdirector.
Hizo importantes reformas en los sistemas de explotación de la mina de Almadén, cuyo modelo completo se conserva en los gabinetes de la Escuela de Minas. Posteriormente pasó temporalmente a Madrid como ayudante en la Escuela de Minas, si bien al poco volvió a Almadén como Director de la mina que tan bien conocía.
Posiblemente de esta época proceden los ejemplares donados por este ilustre Ingeniero a las colecciones del Museo. Tras su fructífero paso por Almadén, fue Inspector del Distrito de Guadalajara y del de Madrid, y finalmente vocal de la Junta superior facultativa de minería.
Remigio Ponce de León
De este Ingeniero no hemos encontrado apenas datos. Sabemos que era natural de Almadén y debió nacer hacia 1805, pues se graduó como ingeniero allí en 1835 junto con Policarpo Cía e Ignacio Gómez de Salazar (Maffei, 1877).
Debió realizar las preceptivas prácticas en las minas de Almadén como ingeniero y, siendo natural y trabajando allí, no es extraño que recogiera numerosas muestras de minerales de la zona, como los fantásticos calomelanos con eglestonita que donó al Museo (la fecha de entrada es 1850).
Posteriormente, hacia 1840 es destinado a la Inspección de Minas de Aguilas, donde trabaja como Secretario a las órdenes de Ramón Pellico. Hacia 1849 aparece trabajando también como Secretario en la Dirección General de Minas con Rafael Cabanillas (debían ser buenos amigos pues ambos eran de Almadén y Rafael, algo mayor, pudo ser su mentor).
En 1866 aparece como Inspector Jefe del distrito de Riotinto, antes de que las minas pasasen a manos inglesas.
No conocemos a ciencia cierta la fecha de su fallecimiento, pero cuando Maffei escribe su libro del Centenario de la Escuela en 1877 lo cita como todavía vivo. Por tanto, es probable que falleciese hacia 1880 y que se hubiera retirado en su pueblo Almadén.
Fausto de Elhuyar (1755-1833)
Fausto Fermín de Elhuyar (o Delhuyar) nació en Logroño en 1755, hijo de Juan d’Elhuyar y de Sarrut (natural de Hasparren, Francia) y de Ursuta de Lubice y Sarrasty (nacida en San Juan de Luz). La biografía que se expone a continuación ha sido extraída básicamente de López de Azcona (1983).
Los estudios iniciales realizados por Fausto en Logroño se centraron en latín y humanidades, así como en ciencias exactas. En 1772 se traslada a Paris para completar sus estudios en química y medicina, junto con su hermano Juan José. En París conocen al químico Hilaire-Marie Rouelle, quien despierta en los hermanos Elhuyar su afición por el análisis químico mineral.
En 1778 Fausto regresa a España, instalándose en la Villa de Vergara. En aquella época se había fundado la “Sociedad Bascongada de Amigos del País”, con el propósito de fomentar la enseñanza y estudio de las ciencias naturales, y entre otras, la química. Inmediatamente a su regreso a España, ambos hermanos se incorporan a la Sociedad, donde se les asigna un puesto en la enseñanza de metalurgia y mineralogía. Ese mismo año, se le concede una beca a Fausto para completar sus estudios en la Academia de Minas de Freiberg (la más afamada de la época), donde recibe clases de los famosos científicos Abraham T. Werner (mineralogía), Reschter y Charpentier (geometría subterránea) y Geller (química metalúrgica). Tras su paso por varias minas de Sajonia, Suecia, Austria e Inglaterra, Fausto regresa a Vergara en 1781 para iniciar las clases de Mineralogía como Catedrático, mientras que su hermano Juan José se encargaría de los trabajos de laboratorio.
Según citan algunas fuentes, en ese mismo año Juan José se trasladó a Suecia para ampliar sus estudios en química, donde conoció a Bergman (de quien recibió clases de química analítica fundamentales para el posterior descubrimiento del wolframio) y a Scheele, quien estaba investigando en aquella época un metal procedente de la scheelita (por supuesto, en aquella época no recibía ese nombre, sino el de “tungstita”), y del que había conseguido obtener un ácido de color amarillento, al que llamaba “acide tungstique”, pero sin que llegara a aislar el metal.
A finales del verano de 1782 se encuentran en Vergara los dos hermanos, quienes deciden investigar un mineral procedente de Sajonia (posiblemente de Zinnwald) al que los alemanes llamaban “wolfram”. Tras conseguir separar el hierro y el manganeso de la wolframita, queda un residuo en forma de polvo amarillento, que ambos hermanos sospecharon podría tratarse del mismo ácido túngstico de Scheele. Tras diferentes procesos, llegan a obtener trióxido de wolframio (WO3) puro, en forma de un polvo amarillo que rápidamente sospechan puede contener un elemento químico aún no descubierto.
Por fin, tras tratarlo a altas temperaturas, consiguen aislar el metal, describiéndolo con todas sus propiedades y publicando los resultados en la Real Sociedad en 1783. Al nuevo metal le asignan el nombre de “Wolfram” o “Volfram”, en alusión al nombre alemán de la mena de la que lo habían extraído. Rápidamente sus estudios son traducidos al inglés, francés, alemán y sueco, reconociéndose de inmediato el descubrimiento del nuevo metal por parte de los hermanos Elhuyar (sin embargo, en ciertos países que profesaban poca simpatía hacia España, se sigue llamando al nuevo metal “tunsgteno”, y declarando que su descubridor es Scheele).
Unos años antes (1777) se había creado la Escuela de Minas de Almadén, la primera de España y cuarta del Mundo, por real decreto del rey Carlos III, para el fomento de la enseñanza de la minería. Las necesidades de obtener grandes cantidades de mercurio para extraer los metales preciosos (oro y fundamentalmente plata) de las recientemente descubiertas minas del Nuevo Mundo motivaron la creación de dicha Escuela, así como la contratación de especialistas extranjeros para la enseñanza de la minería.
Desde Huancavelica (principal mina de mercurio del Nuevo Mundo) se propone al Ministro Josepf Maria de Galvez y Gallardo el establecimiento de un laboratorio químico-mineralógico con fines docentes. Informado el Virrey Antonio Caballero de Góngora de la necesidad de contratar mineros alemanes para dicha misión y fomentar el trabajo de las minas, ante la insistencia del Ministro de Indias y de Jose Celestino Bruno Mutis de no recurrir a extranjeros, da lugar a la Real Orden de mayo de 1784 donde se dispone “el envío de dos operarios hábiles en la Mineralogía y Metalurgia, cuales son Juan Josef del Huyar y D. Angel Diaz”.
Paralelamente, ante la necesidad de cubrir el puesto de Director General del Real Cuerpo de Minería de Nueva España (México), se propone a los hermanos Elhuyar para dicho puesto, siendo finalmente Fausto quien sería designado.
Así pues, en julio de 1786 Fausto es nombrado Director General de Minería de México y Profesor de Mineralogía. Sin embargo, antes de acudir a México, se le encarga a Fausto profundizar en los estudios sobre la obtención de oro y plata por amalgamación en Hungría y Austria, junto con Andrés Manuel del Rio, pasando por las minas y fábricas de Carintia, Estiria, Carniola y Salzburgo. En Hungría conoce a Juana Nepomuceno, con quien adquiere matrimonio en la Catedral de Viena en 1787.
Ya en Nueva España, se le encomienda a Fausto la contratación de mineros alemanes para instruir a los americanos, especialmente para Nueva España, Nueva Granada, Perú y Chile. Sin embargo, Fausto consideraba fundamental para la enseñanza de matemáticas en el Colegio de Minería de la capital mexicana, la contratación de un Ingeniero español, y propone al madrileño Andrés Joseph Rodríguez (1756-1803) debido a su destacado conocimiento en la materia que demostró al obtener su titulación en Almadén (1778). Para la enseñanza de la Mineralogía Fausto propuso a Andrés Manuel del Río (alumno también de la Escuela de Almadén, promoción de 1782), quien llegó a México en 1794. Poco después este destacado mineralogista publicaría su famosa Orictognosia (la primera en lengua castellana), y descubriría el nuevo elemento Eritronio (Vanadio).
Durante los 33 años de estancia en México de Fausto, entre otros creó el Colegio de Minería (1792) y el Palacio de Minería (1813), de los que fue Directores. Fue supervisor de la industria minera en Nueva España hasta la independencia de México, en 1821, cuando regresa a Madrid con el cargo de Director General de Minas a partir de agosto de 1822. En 1824 es nombrado miembro de la Junta de Fomento de la Riqueza del Reino, a la que se debe la nueva Ley de Minería de 1825.
Tras su vuelta a España visitó numerosas minas, entre otras la de Almadén, donde mejoró notablemente los sistemas de beneficio del mineral, redactando un informe sobre el mismo que se considera desaparecido. Posiblemente de esta época son los ejemplares de Almadén que colectó para el Museo (al menos 19 ejemplares de cinabrio de la mina de Almadén), así como los de su colección personal, que pasaron finalmente a enriquecer las colecciones del Museo Histórico Minero tras la compra de los mismos (un total de 68 ejemplares) a su viuda en 1835 (Calvo Perez, 2019). Además, promocionó notablemente la Escuela de Minas de Almadén, hasta el punto de que en 1828 había más de 60 alumnos matriculados, con un aumento continuo hasta 1831, debido al prestigio internacional de Fausto. Se preocupa de la formación de estos Ingenieros pensionándoles fuera de España, especialmente en la Academia de Minas de Freiberg; además, también se encarga de profundizar en el conocimiento de la geología de España, para lo cual encarga a Angel Vallejo (R.O. 1831) la formación del Mapa Geológico de España. Finalmente, fallece en Madrid en 1833.
La importante labor científica de los hermanos Elhuyar se ha visto recientemente recompensada con el descubrimiento de un nuevo mineral por Holtstan et al. (2017) que ha recibido el nombre de Delhuyarita-(Ce) en su honor. Se trata de sorosilicato del grupo de la chevkinita con un importante contenido en Wolframio, descubierto en la localidad sueca de Nya Bastnäs, y aprobado por el IMA (International Mineralogical Association) en 2016.
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