Fausto de Elhúyar y de Suvice (1755-1833)
Fausto de Elhúyar y de Suvice
Descubridor del wolframio
Nació en Logroño en 1755 de padres vasco-franceses, de ahí que sus apellidos castellanizados aparezcan con varias grafías diferentes (Delhuyar, d’Elhuyar, Elhuyar, d’El Huyar, Lubice, Subice o Zubice) pero siempre se trata de la misma persona. Se dedicó desde muy joven al estudio de las Ciencias Exactas y Naturales. Con su hermano Juan José, un año mayor que él, son enviados en 1772 a perfeccionar sus estudios de Química en París con Rouelle.
En 1777 regresó a España y se integró como auxiliar de su hermano en el Seminario de Bergara, de la Sociedad Bascongada de Amigos del País, donde llega a ser profesor de Mineralogía y Metalurgia. Ambos hicieron varios viajes por Francia, para estudiar la metalurgia para fabricación de cañones de la Armada Española. En 1778 los dos hermanos viajan a Freiberg (Sajonia), primera escuela de minas del mundo, donde estudian con Abraham G. Werner, que ejerce gran influencia en Fausto, y otros afamados mineralogistas y químicos. Fausto permanece en Freiberg tres años mientras su hermano sigue investigaciones en Uppsala (Suecia). A su regreso a Bergara, ejerce ya de catedrático de Mineralogía y Metalurgia hasta 1785.
Su formación como ingeniero es anterior a la fundación de la Escuela de Minas de Madrid, e incluso anterior a la creación de la Escuela primitiva de Almadén. En 1777, cuando se establece por el Rey Carlos III la enseñanza de la ingeniería de minas en España, Fausto regresa de París, donde ha seguido estudios de minería y geología con prestigiosos profesores. De hecho, como más adelante se indica, Fausto de Elhúyar es el promotor e impulsor del traslado de la Escuela desde Almadén a Madrid.
Al regreso a España, en 1781, los dos hermanos trabajan en el aislamiento del wolframio en el Real Seminario de Bergara, publicando sus resultados en 1783. Continúan publicando sus estudios en revistas francesas y alemanas donde alcanzan una inmediata fama internacional, siendo nombrados académicos de las principales sociedades científicas europeas.
Entre 1783 y 1788 Fausto investiga minerales y minas de hierro vascas y trabaja también sobre la amalgamación de la plata. En 1786 es enviado a París y Viena en un viaje de perfeccionamiento de las técnicas mineras, acompañado de varios alumnos de Almadén (entre ellos, Andrés Manuel del Río). Poco después, es nombrado Director General de Minería en México y se le encarga que contrate expertos mineros para la explotación de los recursos de Nueva España. Toma posesión de su cargo en enero de 1789, presenta el plan del Real Seminario de Minería y lo pone en marcha, contratando a Andrés Manuel del Rio en 1794, que le dio un gran impulso científico y prestigio. En 1803, según palabras de Alexander von Humboldt, que lo visitó, el Real Seminario era el centro científico más importante del Nuevo Continente.
Después de ser 33 años Director General de Minería en México, en 1821 regresa a España, al conseguir este país su independencia. Andrés Manuel del Rio se quedará en México. Es nombrado Director General de Minas de España en 1825 y, en tal carácter, prepara la primera Ley de Minas y el traslado de la Escuela de Minas de Almadén a Madrid (cosa que él no verá y que ejecutarán sus discípulos), renueva sus enseñanzas, participa personalmente en muchas investigaciones y sienta las bases para la creación de la Academia de Ciencias. También envía cinco pensionados a formarse a Freiberg, que fueron los primeros profesores de la Escuela de Madrid, e inicia el estudio geognóstico de España contratando para ello al ingeniero de minas alemán Guillermo Schulz. Muere en Madrid en 1833, el mismo año que Fernando VII. Aunque su última etapa en la península discurrió en la denominada “Década Ominosa”, Elhúyar fue un pragmático, reformista convencido y firme admirador de las ideas librecambistas de Adam Smith.
Fausto de Elhúyar es, probablemente, la figura más importante de la minería española de todos los tiempos. Investigador y descubridor en su juventud, gestor público honrado y muy tenaz, es el padre de la enseñanza de la ingeniería minera moderna. Entre sus discípulos se cuentan las primeras generaciones y algunos de los más renombrados profesores de la que en la actualidad es la Escuela de Ingenieros de Minas y Energía.
Para saber más:
López de Azcona, J.M. et al. “Minería Iberoamericana. Repertorio bibliográfico y biográfico”. IGME, Madrid, 1992.
Peset, J. L. “Fausto d’Elhuyar y Lubice”. Biografías en la web de la Real Academia de la Historia.
Sainz de Baranda, B. “Minerales del Distrito Minero de Almadén en las colecciones del Museo Histórico Minero”. Publicaciones en la web de AMUMINAS.