Felipe Naranjo y Garza (1809-1877)
Natural de Almadén (Ciudad Real), donde su padre trabajaba como técnico en el establecimiento minero, estudió mineralogía en Madrid en el Gabinete de Historia Natural, y en 1829 comenzó los estudios de ingeniería de minas en la Escuela de Almadén. Realizó las prácticas en Linares (1831) y en Riotinto (1834).
Ingresó en el cuerpo de Ingenieros de Minas en 1835 con destino en Almadenejos y en Almadén. Siendo todavía ayudante, en 1840 ocupó la plaza de oficial primero en la secretaría de la Dirección General de Minas, con atribuciones sobre diferentes establecimientos mineros, tanto nacionales como de Ultramar. Ascendió rápidamente en el escalafón del cuerpo de Ingenieros de Minas, en el que llegó a ocupar los cargos de inspector del distrito de Madrid (1850-1852), vocal de la Junta Superior Facultativa de Minería (1861), de la que llegó a ser presidente en 1873, y vocal de la nueva Comisión del Mapa Geológico de España constituida en 1870.
En 1873, tras su nombramiento como presidente de la Junta de Minería, pasó también a dirigir la sección especial para la inspección de la recién reorganizada Comisión del Mapa Geológico, de la que Manuel Fernández de Castro fue nombrado director ese mismo año. En 1854 participó en la redacción del proyecto de la nueva Ley de Minas.
En 1856 fue encargado por el Gobierno para colaborar con la Comisión del Mapa Geológico; su cometido fue estudiar la cuenca carbonífera burgalesa de San Adrián de Juarros, en el marco de un plan nacional para conocer los depósitos de carbón.
Fue profesor de la Escuela de Minas entre 1849 y 1860, de la que llegó a ser director entre 1857 y 1860, así como diputado a Cortes por la provincia de Burgos (1866-1868).
Como director de la Escuela de Minas, fue designado vocal de la Comisión de Estadística General del Reino, con la colaboró para la organización del paso de los trabajos geológicos de la recién disuelta Comisión del Mapa Geológico (en diciembre de 1859) a dicha institución. Entre sus varias comisiones oficiales durante los inicios de su carrera administrativa cabe señalar la Real Orden recibida en 1849 para reconocer geológicamente el curso del río Guadiana con el fin del aprovechamiento de las aguas subterráneas, o la descripción geológica de la provincia de Burgos, con su correspondiente mapa a escala 1:400.000, finalizada en 1840, que quedó inédita.
Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, en la que leyó su discurso de ingreso en 1857, titulado “Necesidad de una descripción completa de la cordillera de Sierra Morena, en relación con los tres reinos de la Historia Natural”. En la Academia ocupó la presidencia de la sección de Ciencias Naturales. Falleció en Madrid el 6 de mayo de 1877.
Más información
López de Azcona, J.M. 1986. Mineros destacados del siglo XIX. Felipe Naranjo de la Garza (1808-1877). Boletín Geológico y Minero, 97 (3), 99-104.